LA ESENCIA

La Esencia es lo más puro y divino que tenemos de nuestro padre celestial, es por lo que hay que luchar para hacerla crecer y madurar.
Lo que hace adorable y hermoso a todo recién nacido es la Esencia y ésta en sí misma va creciendo de forma natural durante la primera etapa de vida del ser humano, es decir, de los dos años hasta los seis años; a raíz de esta edad la Esencia se estanca por culpa del ego que viene a ocupar o embutirla en lo que cree que es suyo.
La Esencia por sí misma, sin ayuda puede crecer en muy pocos grados por estar limitada por el tiempo y el ego.
La mayoría de las personas conocedoras del ocultismo o senda espiritual que conocen el parámetro de la Esencia creen que la Esencia está en continuo crecimiento y paralelamente a los años que se van cumpliendo, y debo de decir que están equivocadamente creyendo en esa fantasía de color rosa.
Para que la Esencia crezca, madure y al final remplace al mismísimo ego, algo muy especial debe de ocurrir, algo nuevo en nuestra vida debemos de realizar.
Si la intención de un individuo es conocer la última realidad del ser o del universo, tendría que purgarse espiritualmente a sí mismo, limpiarse de impureza, hacer crecer la Esencia.
El trabajo al que me refiero es para todas esas personas que han cumplido cierta edad en la existencia en la tierra y han desarrollado su personalidad y carácter; me refiero a un trabajo psicológico, personal, individual y único, independiente a cuestiones de profesiones: mecánico, administrativo, profesor, carpintero, etc.
Para hacer crecer al máximo exponente nuestra propia Esencia, únicamente es posible a base de trabajos conscientes y padecimientos voluntarios; es un trabajo muy difícil pero no imposible.
Desintegrar y hacer desaparecer eso que llevamos y cargamos en nuestro interior llamado EGO, SI MISMO, MI, YO, no es nada fácil pero si es factible y a medida que se va realizando y consiguiendo, la misma vida se torna más gratificante, diferente, comprensible y cuando esto ocurre, a uno le vienen ideas como: por qué no lo hice antes, cómo no me di cuenta, por qué nadie me avisó de esto.
Las respuestas, sean de la índole que sean, las hallará a medida que uno va realizando el trabajo psicológico particular, respuestas que la encontraran en el interior del ser y no fuera de la casa de uno, algo paradójico pero cierto.
A medida que se vaya realizando el trabajo y se vaya convirtiendo en ceniza cósmica toda esa inmundicia que cargamos, la Esencia además de emanciparse, crecerá y se desarrollará armoniosamente, confiriendo a la persona belleza íntima y de esta última emana la felicidad perfecta y verdadero amor, aparte de que la Esencia posee múltiples poderes naturales y sentidos de perfección.
En otras palabras, cuando el YO psicológico muera, se desintegra, gozaremos de los poderes naturales que sólo la Esencia posee.